miércoles, 6 de marzo de 2013

Coliformes en las tartas de chocolate de IKEA

Varios medios reseñan hoy, en general con el rigor adecuado, la retirada de tartas de chocolate de los restaurantes de tiendas de la cadena sueca IKEA en China y otros países a raíz de la detección de bacterias coliformes. Dichas bacterias se investigan rutinariamente como indicadores de contaminación fecal en agua y alimentos. Los medios más informales se han tomado el tema con la guasa correspondiente (esta mañana en Radio 3 nos instaban a traducir "pastel" al sueco con el traductor de Google... Hagan la prueba), pero la noticia pone de manifiesto ante la opinión pública la importancia de los controles microbiológicos en los alimentos. Aún está reciente la "crisis del pepino" y sus repercusiones socio-sanitarias.
La noticia se cubre en El País, ABC y El Mundo, por ejemplo, con corrección desde el punto de vista científico. Si bien la labor periodística es correcta (salvo por el hecho de que unas fuentes citan 1,8 toneladas de pasteles y otras 1800 pasteles), la incertidumbre que generan las declaraciones de responsables de IKEA, que aseguran que el coliforme hallado no es de origen fecal sino ambiental, pero que nunca podrán saber cuál era porque las muestras se han destruido, no son demasiado precisas, verosímiles ni profesionales. Quien haya hecho el análisis en China sabrá lo que ha encontrado... Pero está claro que los portavoces de la empresa bien no han tenido acceso a esa información o bien no quieren compartirla.
En defensa de la profesión, tenemos que decir que en la sentencia "El químico dijo que si almorzamos una ensalada aquí, que no se ha limpiado bien podría contener mucho más que el nivel que el que se encontró en el pastel”que se cita en la reseña de El País, no deben referirse a un químico, sino a un microbiólogo. Esperemos.


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